Amar esta profesión se convierte en una sensación intensa a medida que pasan los días, hoy, en la puerta de diciembre, las miradas, palabras, abrazos, besos, fuerza, voluntad, y constancia han dibujado el invierno. El Colegio Sor Ángela de la Cruz devuelve el deseo necesario de creer siempre en las personas.
Enamora cada momento que devuelve vuestro trabajo, la ilusión de cada día, cada corazón sujeto entre las manos, cada lágrima de cansancio, cada volver a empezar, a pesar de los años, y de los silencios. Gracias Isabel, gracias a las dos. Se reconoce en cada gesto el gran trabajo que regaláis, sensaciones de cada sentido que se descifra en la vocación.
Recuerdo la sesión de esta mañana, mirar, escuchar, pensar, aprender... y el diálogo se expresa por encima del mundo, con su pleno significado, con mayúsculas, DIÁLOGO, más allá de las televisiones y las razones de un mundo desorientado, por encima de prejuicios, con realidad, gracias a todas las pequeñas voces de cinco años, gracias por enseñarnos qué es realmente dialogar, gracias por hacer del sonido color, y convertir el respeto en humano, gracias a todos y todas los pequeños duendes y hadas que imaginan vidas por descubrir, avanzando en ritmo solidario, pintando notas musicales para que podamos oír, ver y sentir.
La sesión se ha quedado estrecha y rezagada frente a tanta ilusión por aprender, y levantamos el vuelo, y leemos con las manos, y contamos historias de corazones que juegan con nubes, de hadas corazón, de flores, números y fiestas, porque la felicidad es un regalo que disfrutan contagiando.
Gracias, muchas gracias. Felicidad hasta las lágrimas. Qué bonita parada en este viaje.
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